Nuestro Primer Crucero de Disney
Te invitamos a conocer nuestra experiencia en el barco de Disney, no te lo puedes perder.
6/11/20242 min read


Todo comenzó cuando decidimos hacer algo diferente, algo que de verdad quedara en la memoria de toda la familia: un crucero de Disney que salía desde Puerto Rico y terminaba en Miami. Era un viaje de 7 días lleno de emoción, risas y momentos únicos con los que más queremos.
Desde que nos subimos al barco, la emoción se sentía en el aire. Todo era mágico: personajes de Disney saludando, música, luces, y un ambiente que parecía sacado de un sueño. Ese primer día lo aprovechamos para conocer cada rincón del barco. Había toboganes, piscinas, juegos, espectáculos y comida deliciosa por todos lados. En la noche, cenamos en un restaurante temático donde los personajes pasaban mesa por mesa saludando y tomándose fotos. Era imposible no sonreír.
Al segundo día llegamos a St. Thomas. Hicimos snorkel por primera vez, y fue una experiencia increíble ver tantos peces de colores nadando cerca. Aunque al principio algunos de nosotros teníamos un poco de nervios, terminamos todos riéndonos bajo el agua y disfrutando el momento como nunca.
El tercer día visitamos Tortola, en las Islas Vírgenes Británicas. Subimos a un mirador con una vista espectacular del mar y luego comimos en un restaurante local donde todo sabía riquísimo. También compramos algunos recuerdos hechos a mano para llevarnos algo especial de ese lugar.
Después vinieron dos días navegando en alta mar, y la diversión no paró. Hubo desfiles de personajes, shows de Frozen con nieve cayendo del techo, actividades para todos, y una fiesta pirata con fuegos artificiales sobre el mar que nunca vamos a olvidar. Cada momento juntos se sentía especial, como si el tiempo se hubiera detenido para regalarnos esa experiencia.
El sexto día llegamos a Castaway Cay, la isla privada de Disney en las Bahamas. Disfrutamos la playa, jugamos en la arena, nadamos, descansamos bajo el sol y simplemente estuvimos juntos. Fue uno de los días más tranquilos pero más felices del viaje.
Y así, después de siete días llenos de magia, llegamos a Miami. Aunque nos dio tristeza que terminara, todos volvimos con el corazón lleno y con recuerdos que nunca vamos a olvidar. Fue una aventura mágica en familia, de esas que te hacen querer repetirlo todo otra vez.



